Algunos dulces...otros amargos... pero todos hacen lo que soy Yo !

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Thursday, June 2, 2011

Pedazo #12 Abuela Maía

Quisiera compartir por un momento de una mujer muy importante en mi vida. Luego de mi madre, mi abuela es la segunda mujer más importante . Su nombre fue Carmen Fred Rivera, pero todos la conociamos por " Abuela Maía". Una mujer quién se dedicó a cuidar su familia y dar lo que tenía para que fuésemos felices. Gracias a mi abuela aprendí a cocinar, valorar la jardinería, conocer diversos remedios caseros (los mil usos de la sábila, la salvia, las hojas de naranjo, hojas de poleo entre otros) y en forma indirecta el arte de escribir. Sí, era de los tantos nietos que se sentaba en su falda a tirarse los famosos maratones de telenovelas. Mi abuela tenía de costumbre hacer una gran cena todos los viernes en la tarde. Ahí acudían mis tíos, primos, mis padres, mi hermano y hasta amistades cercanas de la familia. Por lo general ella cocinaba aproximadamente un caldero enorme de arroz, otro caldero de habichuelas y otro caldero de carne (todos los viernes variaba el menú de las habichuelas y las carnes). Esta tradición ella la puso por dos razones. Una; cuando era pequeña, pasó hambre y se había jurado que ninguno de sus descendientes pasaría por lo mismo. La segunda, una buena excusa para reunir a la familia. De ahí todos los viernes nos reuníamos en su casa comer, disfrutar de los chistes y las historias familiares. El viernes se ha convertido en mi día favorito de la semana y este era uno de los motivos principales. Me acuerdo mucha veces de sus historias y las enseñazas impartidas en cada una. Quizás la enseñanza más importante es hacer el bien sin mirar a quien. En su casa siempre había algo de comer para todo el mundo. Y si no había nada cocinado (cosa que dudo) mi abuela abría una lata de espagueti y los calentaba sin problema. El detalle era no verte sin comer. Después de la cena, ella nos daba envases llenos de comida para llevárnosla y comer durante el fin de semana. Por sus manos pasaron sus cuatro hijos, ocho nietos, ocho bisnietos y un tataranieto (el nuevo miembro de la familia) otros familiares y agregados. Todos pasamos alguna temporada en su casa, cual siempre abría para nosotros. En ella encontramos refugio físico, emocional y espiritual. Ella se encargaba de llenarte la panza y llenarte abiertamente el alma. Ella caminaba todos los domingos sin falta a la misa de las siete. Nos inculcó acerca de ser honrados con las demás personas. Ella era de las primeras que asistían a cualquier acto de servicio y lo hacía de todo corazón sin esperar nada a cambio. 

Se preguntaran por que escribo  tanto de ella. Mucha gente debe conocer acerca de la enfermedad del Alzheimer. Esta condición degenerativa afecta el cerebro de la persona que lo padece y por ende los cambios son bastantes drásticos. Inclusive, llega a complicarse cuando la persona padece de otras enfermedades como la diabetes, alta presión entre otras. Para todos nosotros fue bien fuerte la noticia de su enfermedad. Entre mi madre y mis tías cuidaron de ella, pero llegó el momento de contratar una enfermera. Los cambio que ella había sufrido fueron  bastantes grandes y notables. Ella era un roble indomable, fuerte y valiente cual hacia frente a cualquier huracán. Ahora lo que se veia era una sombra triste y grizasea. Aquellas manos fuertes, que eran capaces de matar una gallina para la cena, ahora son temblorosas y frágiles. Obviamente ya no cocina y la tradición de reunión familiar de los viernes pues pasó a un segundo plano. Nos seguimos reuniendo pero no tanta frecuencia. Las constantes visitas al médico y hospitales pues no han sido agradables. Es un momento difícil para cualquiera que pase por ello. Hay que recordarle constantemente que día está viviendo y muchas veces los nombres de nosotros. Esta situación me afecta pues es una mujer a quien amo con todo el corazón y la gente a quienes tu ama no les desea nada malo. Segundo, ver el sufrimiento de mi madre y de mis tías y mi tío pues afecta tu semblante de forma directa e indirecta. Con esta situación, nos hemos vuelto más unidos y los lazos familiares se han vuelto más firmes. Los otros días le dije a ella " Te amo mucho mi vieja". Y ella me sonrió y me miró a los ojos y dijo " Y yo a ti mi negro". Se me hizo un taco en la garganta y durante el camino al trabajo ,lloré . 

He tenido la oportunidad de compartir con varias amistades acerca de mi problema. Para mi admiración, he escuchado que de alguna manera ellos también han pasado lo mismo con sus respectivos familiares. Hemos comentado de la importancia que tienen nuestros abuelos. Llegamos a la conclusión de que es ley de vida que estén y se vayan. En el momento en que se vayan, estarán más contentos pues dejaran de sufrir y recordarlos como vivieron y lo que significan en nuestras vidas. Sé que en algún momento pues tendrá que partir pero mis recuerdos siempre permanecerán en mi corazón y en mi mente. Constantemente recuerdo algo que siempre comentaba cuando llegase el día de su muerte y dice " No quiero a ninguno de mi familia vestido de negro pues trae mala suerte y tampoco quiero flores de su parte en el velorio pues no las voy a gozar en la tumba. Lo que me vayan a dar, que me lo den en vida". El dia que murió fue bien fuerte para mi. Sabia que llegaria el momento, pero no es lo mismo pensarlo que vivirlo. Fue un velorio sencillo. La funeraria se llenó  de mucha gente que la quiso. Nadie de la familia vistio de negro, tal lo acordado. Ahora sus restos descansan en un cementerio en el campo. A veces voy a llevarle flores a su tumba. Van  tres años desde su partida y la siento cada vez cerca. Confieso que la extraño mucho. Siempre la tengo presente en lo que hago y mas me acuerdo de ella a la hora de cocinar.  

Así quiero terminar mi blog. Todo ese amor hacia los tuyos, compártanlo mientras estén vivos. Saquen tiempo para llamarlos y decirle lo mucho que los aman. Ellos lo hicieron por nosotros así que también hagámoslo viceversa. Siempre vivan momentos felices y mágicos. El tiempo pasa y por desgracia no se detiene y no se puede regresar. Solo quedan los recuerdos, cuales evocamos y al tenerlos vuelven a tomar vida. A ti, mi abuela, doña Carmen Fred Rivera, "Abuela Maía" gracias por tu amor. Gente, los ancianos nos necesitan. Son fuente de inspiración y sabiduría. Vivan con ellos los mejores momentos y atesoren los preciados recuerdos…






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