Algunos dulces...otros amargos... pero todos hacen lo que soy Yo !

Algunos Dulces... Otros amargos... pero todos hacen lo que soy Yo !

Friday, August 31, 2012

Pedazo #41 Pasas al viento

Este es la cuarta narrativa del reto literario cual titula (Re) escribir el cuerpo 









Pasas al viento

Renata Escobar estaba hastiada de su melena. De niña la educaron a mantener su pelo lacio a cualquier precio. Ella junto a varias de sus primas, pasaron por la doctrina del alisado en manos de su abuela. Ella aplicaba a la perfección la crema en su salón. Ninguna podía quejarse o poner mala cara frente a ella. Su abuela les repetía: “Así verán que aparte de mejorar la raza, lucirán mas bonitas. Nadie le gusta ver a mujeres como el león de la MGM, digan no a las pasas en el pelo”. Los rolos se convirtieron en grilletes semanales. Se perdió de muchas actividades playeras por evitar tortura innecesaria. La esclavitud del pelo comenzó a ceder en la escuela superior. Los rizos se convirtieron en una opción a escondidas de su abuela. El aire de libertad la sedujo y poco a poco dejo el estirarse su melena. No era bien vista frente a su abuela y sus primas. No soportaba el que ella viviera con orgullo sus raíces. El sentirse ignorada por su familia y una beca estudiantil la hizo emigrar a Nueva York. Su concepto de negritud se amplió al conocer gente de Senegal, Nigeria y de las islas caribeñas. Su pelo fue trenzado en diversas formas y le gustaba como quedaba con los diversos estilos. Ser negra caribeña Recibió una llamada de su padre notificándole la enfermedad terminal de su abuela. El vuelo de regreso se le hizo eterno. Al llegar se da cuenta de su pelo maltratado por las trenzas. No estaba dispuesta a encolerizar a su abuela con la misma discusión pero a la misma vez adoraba su pelo. Va directo donde Ricardo, su amigo estilista.

— ¿Tú estas bien segura del cambio?

— Si, te lo he dicho por enésima vez

— ¿Pero porque? si estas tan linda… Cuando tu abuela te vea…

—Por eso mismo lo hago.

Cerró sus ojos y escuchó la melodía de las tijeras. Al abrirlos quedo perpleja. Paso sus manos por su recorte. Por primera vez sintió el pelo corto en sus manos. Una sonrisa amplia salió de su rostro. Llego a la casa de su abuela. Todos quedaron perplejos en especial sus primas. Su pelo logró ser libre comparado al de ellas. 



Tuesday, August 21, 2012

Pedazo # 40 Pipo Mojito

Tercera Semana del reto literario cuyo tema  es Evocando historias por medio de los sabores...siéntese, pruebe,cierre los ojos, saboree y  escriba.”






Agarró  la foto y comenzó a llorar.  La foto de él junto a Pipo lo llevaba a un pasado feliz que ya no existía. Lo conoció en una fiesta campestre en Cidra. Le cautivó su acento cubano, pelo grisáceo y sus ojos verdes como las hojas de menta. Pipo encontró atractivo a un  chocolate hecho hombre. Caminaron por diversos senderos y  tuvieron  el primer beso  exploratorio. Matías atesoró ese  beso mentoso, pues Pipo, en sus ojos,  era  todo menta. Pasadas las semanas decidieron explorarse  en todos los aspectos y la química se desarrolló explosiva, azúcar en el paladar. La relación sentimental se dio de inmediato. Hicieron muchos planes, decidieron montar un negocio.  Rentaron un local en el viejo San Juan y lo transformaron en un restaurante: Hierba buena.  Olores y sabores caribeños fueron la propuesta. El trabajo arduo comenzó a pasarle factura a ambos.  La relación ya no estaba funcionando y Pipo, alimonado, decidió terminar con todo. Vendieron el restaurante y Pipo se mudó de nuevo a Miami. La jarra de mojito era el nuevo consuelo de Matías, menta en la boca, el recuerdo del antiguo local Hierba Buena, la disolución limónica. Tanto bebió Matías que apenas salía ya de su apartamento. Sintió el abandono de sus amigos y la familia perdió contacto. El desamor nunca se sobrevive ahogado en una jarra, pero así se la pasó Matías. Buscando a su mentoso Pipo en la boca, todo menta, tristementa, tristemente.



Friday, August 17, 2012

Pedazo #39 Shot de viernes


En esta segunda semana el tema para escribir es " Cosas que encontramos en los bolsillos". Espero que  lo disfruten 






Shot de viernes


Eran las 5:30 de la tarde  y no llegaba. Hiram buscó en su bolsillo el encendedor y  la cajetilla. Sacó un cigarrillo y  lo encendió con  desespero.  Cada viernes que se encontraba con Rolando en Dynez Café era lo mismo. Primero la incertidumbre, la espera, el encuentro. Empezaban por intercambiar  los eventos de la semana, par de cervezas y shots de tequila. Conversaciones de hombres. Luego  el alcohol hacía su efecto, se le bajaba el machismo a Rolando y se le subía el libido.  Así terminaban Hiram y Rolando abrazados en la cama de algún hotel de Isla Verde roncando al unísono.

Los encuentros de los viernes se repetían. El bar ténder ya los  reconocía, les sonreía y los observaba. Hiram estaba conforme con sus encuentros, Rolando se dividía entre una vida falsa y él. Fueron descubriendo sus virtudes y defectos. Alguna señal de esperanza había de que Rolando terminara con la falsedad pero nada pasaba.

El bolsillo de Hiram vibró, saco su celular y vio el mensaje de texto “Lo lamento pero la nena se enfermó. Te debo un raincheck”. Dominó su coraje y entro a beber. El bar ténder le pregunto por su cita de los viernes.

Hiram se tocó una vez más el bolsillo del encendedor, de la cajetilla, del celular mientras miraba la sonrisa del bar ténder. Le sonrió de vuelta. Sacó de su bolsillo la llave magnética y la puso sobre el mostrador. El bar ténder miró la llave y confirmando la invitación sirvió un shot. Tequila y plan B.




Saturday, August 11, 2012

Pedazo #38 Tommaso Mio

Me acabo de unir a un reto literario en la cual comparto junto a 10 escritores. Cada semana escribiremos sobre diversos temas. Esta semana comenzamos con el tema de la Obsesión






Dalila sintió  el engaño del refrán el amor entra por la cocina.  Conoció a Tommaso De Luca en las afueras del Instituto Culinario.  Había sido invitado  para una demostración de cocina italiana. Dalila fue la agraciada de ser su asistente ese día, para envidia de muchas de sus compañeras.  Quedó fascinada con su acento  y sus manos rápidas en la cocina. Terminada las clases, él  le dio su tarjeta de presentación.

Pasaron  varios días y se encontraron, por casualidad, en la Plaza del mercado. Lo sorprendió mientras  ella buscaba tomates. A insistencias de ella, él le ayudo a escoger los tomates maduros que serían perfectos para una espesa salsa marinara. Rosaron manos por vez primera mientras escogían  los tomates. Intercambiaron una leve estática. Después de las compras,  él la invito a cenar y terminaron en la cama disfrutando de un delicioso postre sexual mejor que el Tiramisú. Dalila quedó encantada con Tommaso. El tenía una combinación de inteligencia con sexualidad de la cual no estaba acostumbrada.

Ahí empezaron unos impulsos en Dalila de querer relacionarse con todo lo que le acordara a Tommaso y le acercara a él. Comenzó a comprar libros de cocina, pero todos de recetas italianas. Se matriculó en la escuela de idiomas para aprender italiano. Buscó libros de geografía y empezó a memorizar diversas ciudades como Roma, Venecia, Nápoles, Turín. Puso un mapa de Italia en la pared de la sala y con un marcador negro trazó rutas de las ciudades por las cuales anhelaba visitar, con Tommaso, claro.
 Los encuentros se volvieron semanales. En un principio eran encuentros inofensivos, pero tras cada encuentro  ella sentía que lo que compartían no era suficiente. Dalila lo inundaba de preguntas acerca de todo, acerca de su familia, recuerdos de la infancia, sus gustos. De sopetón le dijo que él debía llevarla  a conocer Italia y su familia.  Él no tomó el comentario en serio, hasta le pareció gracioso el entusiasmo de chiquilla de Dalila.

Uno de los encuentros se dio finalmente en el apartamento de Dalila. Tommaso se asustó con el mapa en de Italia en medio de la sala y el hecho de tener una conversación con Dalila totalmente en italiano. Ella, así en italiano,  le planteó que ya era el momento de mover la relación a otro nivel. Al fin y al cabo, ya sabía preparar todos los platillos tradicionales de la cocina italiana, hablaba el idioma impecablemente y tenía memorizado perfectamente los lugares de interés de su villa natal.  Él se excusó como mejor pudo, y le explicó que no buscaba una relación formal.

Dalila no lo podía creer. Debía haber una razón para que Tommaso la rechazara. Empezó la típica investigación a través de las redes sociales. Encontró una foto de Tommaso posando con otras mujeres, no una, varias. Dalila se envenenó de celos. Tommaso tendría que rendirle cuentas. Lo llamó cada 10 minutos y salía la grabadora. Le inundó el celular de mensajes de voz y mensajes de texto. Dejó de asistir al instituto culinario y sus clases de italiano. 

Finalmente, fue a visitarlo al restaurante en que Tommaso era chef, pero le negaron la entrada.  La rabieta que formó hizo que él saliera a confrontarla. Ella de verlo se emocionó muchísimo, le brinco encima para besarlo y olerlo pero la detuvo. Tommaso  le prometió verla en su casa, si se iba tranquila del lugar. El llevó una botella de vino Chianti  y ella lo abrió al momento. Él quiso decir algo, pero ella le interrumpió para hacer  un brindis por el recuentro. Tommaso no levantó la copa, le explicó que seria su última visita. Él estaba en planes de volver a Italia. Dalila, dejó caer la botella que sostenía en las manos y lloraba. Se cortó recogiendo los pedazos. Él intento ayudarla  pero ella lo empujó, estaba furiosa.  

Tan furiosa que no sabría decir en que momento el cuchillo de cocina llegó a sus manos y empezó el forcejeo con Tomasso. Un resbalón de Tommaso en el charco de vino los hizo caer al suelo.  Un charco tinto más espeso, más amplio bajo el cuerpo de Tommaso.
Cuando llegaron los paramédicos la encontraron junto a Tommaso con la mirada perdida.  No reaccionaba a ninguna de las preguntas que le hacían. Solo se le escapaba un murmullo, un tarareo, unas líneas… y el mundo es testigo de mi frenesí, por más que se oponga el destino serás para mí.