Algunos dulces...otros amargos... pero todos hacen lo que soy Yo !

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Saturday, August 11, 2012

Pedazo #38 Tommaso Mio

Me acabo de unir a un reto literario en la cual comparto junto a 10 escritores. Cada semana escribiremos sobre diversos temas. Esta semana comenzamos con el tema de la Obsesión






Dalila sintió  el engaño del refrán el amor entra por la cocina.  Conoció a Tommaso De Luca en las afueras del Instituto Culinario.  Había sido invitado  para una demostración de cocina italiana. Dalila fue la agraciada de ser su asistente ese día, para envidia de muchas de sus compañeras.  Quedó fascinada con su acento  y sus manos rápidas en la cocina. Terminada las clases, él  le dio su tarjeta de presentación.

Pasaron  varios días y se encontraron, por casualidad, en la Plaza del mercado. Lo sorprendió mientras  ella buscaba tomates. A insistencias de ella, él le ayudo a escoger los tomates maduros que serían perfectos para una espesa salsa marinara. Rosaron manos por vez primera mientras escogían  los tomates. Intercambiaron una leve estática. Después de las compras,  él la invito a cenar y terminaron en la cama disfrutando de un delicioso postre sexual mejor que el Tiramisú. Dalila quedó encantada con Tommaso. El tenía una combinación de inteligencia con sexualidad de la cual no estaba acostumbrada.

Ahí empezaron unos impulsos en Dalila de querer relacionarse con todo lo que le acordara a Tommaso y le acercara a él. Comenzó a comprar libros de cocina, pero todos de recetas italianas. Se matriculó en la escuela de idiomas para aprender italiano. Buscó libros de geografía y empezó a memorizar diversas ciudades como Roma, Venecia, Nápoles, Turín. Puso un mapa de Italia en la pared de la sala y con un marcador negro trazó rutas de las ciudades por las cuales anhelaba visitar, con Tommaso, claro.
 Los encuentros se volvieron semanales. En un principio eran encuentros inofensivos, pero tras cada encuentro  ella sentía que lo que compartían no era suficiente. Dalila lo inundaba de preguntas acerca de todo, acerca de su familia, recuerdos de la infancia, sus gustos. De sopetón le dijo que él debía llevarla  a conocer Italia y su familia.  Él no tomó el comentario en serio, hasta le pareció gracioso el entusiasmo de chiquilla de Dalila.

Uno de los encuentros se dio finalmente en el apartamento de Dalila. Tommaso se asustó con el mapa en de Italia en medio de la sala y el hecho de tener una conversación con Dalila totalmente en italiano. Ella, así en italiano,  le planteó que ya era el momento de mover la relación a otro nivel. Al fin y al cabo, ya sabía preparar todos los platillos tradicionales de la cocina italiana, hablaba el idioma impecablemente y tenía memorizado perfectamente los lugares de interés de su villa natal.  Él se excusó como mejor pudo, y le explicó que no buscaba una relación formal.

Dalila no lo podía creer. Debía haber una razón para que Tommaso la rechazara. Empezó la típica investigación a través de las redes sociales. Encontró una foto de Tommaso posando con otras mujeres, no una, varias. Dalila se envenenó de celos. Tommaso tendría que rendirle cuentas. Lo llamó cada 10 minutos y salía la grabadora. Le inundó el celular de mensajes de voz y mensajes de texto. Dejó de asistir al instituto culinario y sus clases de italiano. 

Finalmente, fue a visitarlo al restaurante en que Tommaso era chef, pero le negaron la entrada.  La rabieta que formó hizo que él saliera a confrontarla. Ella de verlo se emocionó muchísimo, le brinco encima para besarlo y olerlo pero la detuvo. Tommaso  le prometió verla en su casa, si se iba tranquila del lugar. El llevó una botella de vino Chianti  y ella lo abrió al momento. Él quiso decir algo, pero ella le interrumpió para hacer  un brindis por el recuentro. Tommaso no levantó la copa, le explicó que seria su última visita. Él estaba en planes de volver a Italia. Dalila, dejó caer la botella que sostenía en las manos y lloraba. Se cortó recogiendo los pedazos. Él intento ayudarla  pero ella lo empujó, estaba furiosa.  

Tan furiosa que no sabría decir en que momento el cuchillo de cocina llegó a sus manos y empezó el forcejeo con Tomasso. Un resbalón de Tommaso en el charco de vino los hizo caer al suelo.  Un charco tinto más espeso, más amplio bajo el cuerpo de Tommaso.
Cuando llegaron los paramédicos la encontraron junto a Tommaso con la mirada perdida.  No reaccionaba a ninguna de las preguntas que le hacían. Solo se le escapaba un murmullo, un tarareo, unas líneas… y el mundo es testigo de mi frenesí, por más que se oponga el destino serás para mí.


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