Este es el primer ejercicio del libro La Macacoa, vivir la creación literaria de Yolanda Arroyo Pizzaro. Tiene una cita de de Toni Montesinos destaca el siguiente hecho: " la escritura ha sido durante todos los tiempos un modo de enfrentarse a la pérdida : terapia, evasión y memoria frente a la tragedia. Cuando aún no nos hemos recuperado del dolor de las masacres, la literatura nos ofrece esa terapia, esa evasión y ese método de permanencia en la memoria."
A raíz de esto, mi ejercicio creativo se basa en este evento. Es un fragmento de un cuento sin titular. Espero que sea de su agrado y todo comentario será bien recibido, GRACIAS
El sobre blanco ya estaba arrugado. Manolo se le hizo difícil de pronunciar el diagnostico: Carcinoma ductal invasivo. El frío se le filtró por su piel llegando directo a su corazón.
— Es imposible que este sea el resultado. ¡No puede ser!
— Yo puedo entender tu malestar pero es el resultado Manolo
— Y lo dices como si no te doliera- Coño Aurelio soy tu hermano.
— Y te crees que eso no duele. Estos resultados los viví con mami y su diagnostico.
— Pero es cáncer de seno. Yo soy un hombre y eso es lo que dice mi resultado.
— Pues hermanito no sé que decirte...
— Eso te alegra he- lo agarró por el cuello- Verme así de jodío. Te da envidia de que soy un famoso abogado y me puedo dar lujos y tu eres un médico de segunda. Un médico que el fantasma de mami te persigue por no poder salvarla. Un medico mediocre. Un médico de mier…
Manolo sintió un puño directo en su lado derecho. El cayó al piso. Lagrimas y sollozos de la niñez brotaron como geiser del Yellowstone. Las mismas lágrimas que contuvo en el entierro de su madre, salieron de su encierro. Aurelio lo abrazó como en la infancia. Ambos lloraron un rato largo
— Puedo enviarte con un amigo para una segunda opinión.
— No creo que pueda resistir escuchar lo mismo…
— Tendremos que coordinar en la semana para la operación. Mientras más rápido ataquemos más rápido la recuperación.
— Me tocará la quimio?
— Todo depende del resultado de la operación. Por lo pronto ve a tu casa, habla con Delia y los muchachos.
El camino a su casa, su cabeza fue bombardeada por diversas ideas. Los casos pendientes tendría que ponerlos en espera. Las graduaciones, el cumpleaños de los gemelos y el aniversario de bodas no tendrían prioridad. No sabía como enfrentarlos. Desvió su camino. Fue a Piñones para escuchar las olas. Caminar en la arena mojada lo utilizaba en búsqueda de soluciones. No creía en nadie, pero le comentaron de Yema ya, la oris ha del mar, y sentía ser escuchado al ventar sus problemas. Llegó a su casa en la noche. Delia y los gemelos se sorprendieron verlo calvo y con los ojos enrojecidos. Los reunió en la sala. Le entrego el sobre a su esposa.
— Bueno mi gente tenemos que hablar…
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